07 septiembre 2009

castillo de arena


Algunos dirán que fuimos tontos, que no supimos hacer las cosas bien.
Nos dirán que las construcciones tienen que estar en suelo firme, que tienen que tener cimientos.
Nos dirán que el material es débil, que con el viento y el tiempo se va a deshacer.
Nos dirán que mucho no puede durar, que tiene una estructura movediza y poco consistente.

Pero fué lo que nos salió: construimos juntos un castillo de arena. Vos y yo.
Es un castillo muy lindo. No es lujoso ni aparenta mucho. Tiene lo justo, lo que nosotros queríamos que tenga para hacernos felices.
Y estamos orgullosos, llevó trabajo pero lo hicimos, granito sobre granito, todos apilados lo mejor que pudimos y moldeandolo de la forma adecuada.

Y ahora, (ahora!) es el momento de cuidar del castillo.
Si claro, podría ser de otro material más resistente. Pero no lo es.
Podríamos haber sido más precavidos. Pero no lo fuimos.
Porque? no es momento de los porqués.
Es momento de estar juntos, para parar al viento, para seguir protegiendo nuestro castillo.
Para que no se derrumbe, para que no se deshaga.
Y si llueve, ponerle un paraguas.
Si sube el agua habrá que desagotarlo bien rápido.
Hay que estar atentos si.
Demanda mucho, sí.

Pero es nuestro castillo de arena, lo que hicimos, lo que nos salió. Lo que nos hace felices.

Lo cuidas conmigo?